El Coreógrafo TrustCloud brinda flexibilidad, seguridad y resistencia ante los eventos adversos para cualquier sector empresarial.
Descentralización y agilidad: así impulsa un coreógrafo las transacciones digitales
Defendiendo la máxima eficiencia descentralizada, la coreografía se desmarca como un avance definitivo y necesario para blindar las transacciones digitales en toda su diversidad.
Coreógrafos vs Orquestadores
En tecnología, cuando se trata de coordinar las interacciones entre múltiples microservicios, surgen dos enfoques: la coreografía y la orquestación. La coreografía se refiere a una estrategia descentralizada donde los microservicios operan de manera independiente, coordinándose entre sí mediante indicadores o eventos definidos de antemano.
Por otro lado, la orquestación adopta un enfoque centralizado en el que los microservicios son dirigidos por un orquestador o director. La distinción clave entre estas dos modalidades radica en que la coreografía otorga independencia a cada microservicio para tomar decisiones basadas en necesidades de otros servicios, mientras que la orquestación requiere un control central para la toma de decisiones. En este sentido, la coreografía parece proporcionar una mayor estabilidad y confiabilidad al evitar, entre otras cosas, la posible afectación de todo el sistema ante una crisis en un nodo específico.
Una gestión eficaz y descentralizada que prioriza la seguridad y el respeto por la privacidad y el control de lo que está ocurriendo por parte del usuario final genera confianza. Lograr que las interacciones con una plataforma digital sean más fluidas y ágiles repercute directamente en la experiencia de usuario, clave en cualquier estrategia empresarial.
La coreografía es un enfoque flexible en su diseño por definición, permitiendo la integración de componentes o servicios de diferentes proveedores o tecnologías de forma totalmente agnóstica. Esto significa que las empresas pueden utilizar las mejores herramientas y servicios disponibles, sin quedar atrapadas en un único proveedor o conjunto de tecnologías. Esta situación es la que conocemos como Vendor Lock-in, un fenómeno que “secuestra” a las empresas en el uso de uno o varios proveedores y no les permite avanzar.
Debido a que cada componente o servicio está diseñado para ser independiente y comunicarse con el resto respondiendo a una lógica interna, los cambios pueden realizarse sin interrumpir el funcionamiento general del sistema. Permite además una transición ágil entre aplicaciones y servicios, e incluso la posibilidad de utilizar varios simultáneamente para un mismo tipo de transacción.
Agregar más partes al sistema para que trabajen juntas al mismo tiempo y manejen más trabajo o demanda es más económico y eficiente. En lugar de invertir en hardware o software más potente y costoso para mejorar el rendimiento, se opta por aumentar los componentes o servicios existentes.
Ventajas para la banca digital o los marketplaces
Potenciar esta colaboración entre servicios mejora el funcionamiento de esquemas complejos, donde cada pequeño paso tiene importancia. Cualquier sector que base su funcionamiento en la identificación digital de sus clientes o usuarios, desde bancos y fintechs a servicios médicos, aseguradoras o plataformas de gaming y apuestas, puede personalizar al máximo sus servicios y optimizar sus recursos sirviéndose de este paradigma.
Por ejemplo, en un marketplace, con un sistema de procesamiento de pedidos online, estos «indicadores o eventos predefinidos» podrían ser las acciones que un cliente realiza, como agregar un producto al carrito, ingresar la dirección de envío y finalmente hacer el pago aplazado. Cada una de estas acciones desencadena una respuesta específica del sistema, como actualizar el inventario, calcular los costes de envío, confirmar la compra, pagarla y firmar el contrato de venta a plazos.
En el sector financiero, los procesos de autorización, verificación y liquidación de transacciones se ejecutan de manera autónoma y coordinada, lo que resulta imprescindible en un área en el que la seguridad siempre está en el centro.
No obstante, ambos sistemas pueden colaborar a favor de intereses particulares. En un esquema híbrido, la orquestación proporciona un control preciso y una secuencia definida cuando es necesario, mientras que la coreografía ofrece agilidad y adaptabilidad en situaciones donde los microservicios deben reaccionar de manera independiente e inmediata.
Recomendaciones de ejecución de la coreografía de transacciones digitales
La adopción de la coreografía de microservicios requiere una planificación cuidadosa y una ejecución transparente. Por ello, no está de más seguir una serie de recomendaciones.
- Una vez que la compañía ha decidido que la coreografía es la mejor opción es necesario analizar la complejidad de los flujos de trabajo y los casos de uso específicos.
- Dividir la aplicación en microservicios de manera lógica. Cada microservicio debe tener una responsabilidad claramente definida. Esto facilitará la coordinación y la escalabilidad.
- Establecer sistemas de monitoreo y alerta que permitan rastrear el flujo de eventos y detectar cualquier anomalía o problema en tiempo real, para lo que existen herramientas basadas en la nube especialmente diseñadas.
- Realizar pruebas exhaustivas para garantizar la robustez y la fiabilidad del sistema. Esto incluye pruebas de integración, de carga y estrés, así como pruebas de resiliencia para simular escenarios adversos.
- Establecer políticas de seguridad sólidas, incluyendo autenticación, autorización y encriptación de datos.
- Cumplir con las regulaciones y estándares de seguridad relevantes para cada industria.
- Proporcionar formación adecuada y reciclaje continuo al equipo, con especial hincapié en los principios y prácticas de la coreografía de microservicios y en protocolos de seguridad.
Coreógrafo de transacciones digitales TrustCloud: agilidad, seguridad, privacidad y compliance
El coreógrafo Trustcloud es el encargado de crear un entorno único y coordinado para todos los módulos, situados en un nivel inferior (video identificación, firma electrónica, pagos, wallet o KYC). Es por ello por lo que también podemos hablar de un orquestador de orquestadores, en el que todas las transacciones digitales que derivan de estos módulos se coordinan de principio a fin y se custodian en un entorno blindado.
Por ejemplo, el coreógrafo organiza cada paso en un proceso de firma digital, bien cuando se utiliza un único proveedor, cuando se cambia de uno a otro o cuando se utilizan varios a la vez. También cada transacción que se relacione con esos procesos de firma: identificación de un usuario, revisión y envío de un contrato, custodia de todos los activos generados, etc. Es por tanto el enfoque más personalizado y eficaz para gestionar transacciones digitales seguras. El coreógrafo diseña y activa la estrategia transaccional más adecuada para cada caso de uso, por lo que la flexibilidad está garantizada.
Su capacidad para organizar de manera experta cada fase crítica de los procesos asegura una ejecución fluida. Esta agilidad se complementa con robustas medidas de seguridad, garantizando la confidencialidad e integridad de la información en todo momento.
La plataforma TrustCloud trabaja desde una única API para acceder a todos sus servicios, eliminando la necesidad de lidiar con múltiples interfaces y contratos de proveedores y creando un sólido ecosistema de trabajo desde el que todas las soluciones trabajan adaptándose continuamente a las necesidades y los cambios. Además, el coreógrafo cumple con los estándares más rigurosos en materia de compliance a nivel global, brindando a los clientes la confianza de estar protegidos en cualquier ubicación.
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